Cómo hacer el Kawa Ijen sin necesidad de pagar un tour guiado y por más barato que barato. Almas sensibles, amantes de la comodidad y cuerpos cerveceros y en mal estado físico, favor abstenerse de leer este artículo.
El Kawah Ijen sin tour guiado
El Kawa Ijen es un volcán activo situado a 2.368 metros sobre el nivel del mar en la isla de Java, en Indonesia. Que tiene de diferente? Un lago con llamas azules + súper mineros extirpando el sulfuro del volcán y cargando los kilos de su trabajo abajo y arriba del cráter en un ambiente infernal. La total !!!
Sí señor, leyeron bien el primer elemento: un lago con llamas azules. Cómo es eso? Les explico, el color azul proviene de los vapores del azufre que arde de forma continua dentro del volcán. Su visibilidad es posible sólo por la noche y antes de las 5:00 AM. Las llamas se pueden ver desde la cima del enorme cráter, pero mejor desde abajo, si siguen el camino de los mineros hasta los yacimientos del azufre.
Hay varias maneras de ir hasta el Kawa Ijen: en tour desde cualquier parte de Indonesia, por bus y kijangs desde la ciudad de Bondowoso y por la ciudad de Banjuwangi. Nosotros decidimos de hacerlo por nuestra cuenta. Probamos la nueva carretera de Banjuwangi hasta el Ijen, en moto y con dos Padawans-sin-miedo-de-nada.
Para empezar, fuimos hasta la “menos interesante” (según nuestra guía de viaje) ciudad de Banjuwangi. Aahhhh, es en esas ciudades que menos recomiendan en los libros que más nos divertimos. Miren este videíto si quieren ver cómo es Banjuwangi.

Carnaval, es para reír…para gozar
Alquilamos dos motos cerca de la estación de tren principal, y esto, con el objetivo de economizar cuando nos largáramos después del Ijen, en tren para otra ciudad.
Después, reservamos una noche en una casa de huéspedes en el pueblo de Licin, a 20 km del punto de partida del trek (PHKA Pos Paltuding).
Por supuesto, existía la posibilidad de acampar en frente de la entrada del volcán, pero en temporada alta y con un clima más frío que el frío, no lo consideramos como opción.
Dejamos las mochilas grandes en un hotel de Banjuwangi y con un pequeño maletín, nos fuimos hasta el guesthouse. El pueblito hermoso que descubrimos no podía ser más tradicional. La gente nos acogió muy bien y el paisaje detrás de las casas nos reveló un rincón maravilloso y aislado del mundo.

Quien dijo arroz?

Paisaje bucólico detrás de las casas.
Alrededor de la medianoche, nos levantamos y nos pusimos toda la ropa y todos los trapos que teníamos a la mano, nos equipamos con linternas y con máscaras de gas y nos dirigimos en medio de la oscuridad, hacia la entrada del famoso volcán.
Sepan que la señalización de la ruta es excelente, perderse es imposible. Claro, no fue fácil, utilizamos todas nuestras habilidades de Schummacher para manejar entre las curvas olé olé, las pendientes sin fin, los kijangs, los autobuses llenos de turistas y una llanta con cara de muerta. Al llegar, pagamos la entrada, estiramos las piernas y comenzamos a escalar el volcán. La subida? dos kilómetros en pendiente prominente y un kilómetro en pendiente suave.
Si tienen problemas en las piernas, si tienen dificultades para respirar, si no están en forma y si no les gusta hacer el cardio en el gimnasio, mejor hagan otra cosa y no suban este volcán. Hasta hoy no sabemos cómo carajos nuestros dos padawanes-backpackers subieron ese volcán sin nuestra ayuda.
Subimos literalmente los dos primeros kilómetros de manera vertical, con pausas, muchas pausas. Antes de comenzar el último kilómetro, paramos en un café e hicimos un largo descanso, aquí, nuestros dos chiquitines nos Manifestaron su deseo de cambiar de padres. Especialmente al tener varios cargadores con carritos listos para llevarlos por cien rupias.

No más porfavor!

Mister, mister
El último kilómetro fue el más duro, no había energía y los brazos de los Padawans comenzaron a izarse con desesperación. Los cargamos solamente unos pocos metros, imposible de seguir así, debido al camino en el borde de precipicios.
Al llegar a la cumbre, gritamos gloria antes de ponernos las máscaras de gas. El frío intenso y el viento tóxico nos sacaron los padres nuestros. El espectáculo inimaginable ante nuestros ojos era digno de una película. En el fondo del cráter, las llamas azules se movían constantemente. Hubiéramos podido bajar para ver de cerca las llamas, pero la aventura no es recomendable con niños pequeños (tanto mejor, ya que significaba descender 1 km y luego subir otro km, no gracias).

Vista del volcán y de sus llamas azules con nuestra cámara baratonga

Vista del volcán y de sus llamas azules con una cámara de pro (foto de Olivier Grunewald)

Vista de cerca de las llamas azules sin chiquitines (foto de Olivier Grunewald)
En la cima, la gente trataba de hacerse un pasaje en un camino de rocas, sin rampa y tan estrecho que la caída era posible. Los mineros cubiertos por varias capas de lana, descansaban fumándose unos cigarrillos, mientras que otros trabajaban con los kilos de minerales a sus hombros. De hecho, fue uno de los desórdenes más grandes que habíamos visto en Indonesia.

La mayoría de los mineros trabajan sin máscaras de gas, cargan hasta 80 kilos de sulfuro subiendo una colina de un km y caminando otros km más hasta la base del campamento, todo por 5 dólares el día. El doble si trabajan por la noche ( foto Luca Catalano Gonzaga)

Le llaman el oro del diablo con razón (foto de Luca Catalano Gonzaga)

Esto fue lo que vimos, imposible de captarlo con dos chiquitines desesperados y la oscuridad de las 4:00 am (foto de Luca Catalano Gonzaga)
No nos quedamos en la cima mucho tiempo, ya que el descenso de 3 kilometros nos estaba esperando. Los dos padawans-backpackers nos expresaron su alegría durante la bajada tan esperada.

Youpiiii

Este chiquitín tiene definitivamente poderes sobrenaturales

Mision cumplida
Al llegar al estacionamiento recordamos que uno de los neumáticos estaba desinflado. Encontramos ayuda rápidamente y sin tardar prendimos los motores para el regreso.
En la ruta, los frenos y la concentración en la carretera fueron nuestros mejores amigos. Si la bajada no fue tan fácil, por lo menos estuvimos solos, ya que la mayoría de los autobuses turísticos se regresan del Ijen al mediodía. Lo bueno fue que descubrimos el paisaje que habíamos recorrido en la oscuridad, un maravilloso paisaje!
Al llegar al pueblo, los habitantes se aliviaron al vernos vivos. Eso se veía en el agite de sus saludos de alegría.

Desayuno de campeones
Alrededor del mediodía, después de la siesta merecida, regresamos a Banjuwangi, orgullosos de haber visitado uno de los volcanes más majestuosos en Indonesia con nuestros Padawan-backpackers recién graduados de un nuevo nivel. Sin olvidar el estremecimiento al recordar las difíciles condiciones de trabajo de los mineros.
Aahhhh y sí, nos costó tres veces más barato que los tours ofrecidos por los miles de agencias que ofrecen Kawa Ijen de cualquier ciudad en Indonesia.
Kawa Ijen = aventura con sus altos y bajos!
Como en la cima hacía frío y mucho viento compuesto de gases tóxicos. Como había que caminar entre mineros y turistas sin caerse en el precipicio con nuestros dos chiquitines. Como nuestra cámara no pudo soportar ni los gases ni la oscuridad, tuvimos que buscar otras Fuentes fotográficas. Aquí les van :
Las fotos de Olvier Grunewald hacen parte de un reportaje sobre el Kawah Ijen en el sitio web de National Geographic. Para consultarlo y parecer más inteligente que todo el mundo, hagan click aquí.
Las fotos de Luca Catalano Gonzaga hacen parte de su reportaje sobre los mineros del Ijen The Devil’s Gold, del proyecto Invisible People, en el sitio Web Witness Images. Para consultarlo, hagan click aquí.
Traveling Nomads es un blog de viajes creado por una Bibliotecaria geek y un Consejero pedagógico con experiencia en el arte de viajar. Juntos, estos aventureros han dejado su huella en cuatro continentes .