El Kelimutu es un volcán activo situado a 1639 metros sobre el nivel del mar y a pocos metros del pueblo de Moni, en la isla de Flores. Su cima está coronada por tres cráteres en los cuales se encuentran tres lagos con colores diferentes. Los habitantes de la región creen que los lagos son el lugar de descanso de sus ancestros. De ahí los nombres de: Tibu Ata Bupu (Lago de los ancianos), Nuwa Muri Tibu Ko’o FAI (Lago de los niños y niñas) y Tibu Ata Polo (lago de los embrujados).
Kelimutu, el volcán sagrado y sus tres lagos de colores
Los colores de los lagos varían a causa de la actividad de los minerales y de su reacción con el gas liberado por el volcán. Se cree que la temperatura es otra de las causas. Para la gente del lugar, es sólo el producto de los cambios de humor de sus queridos difuntos. Independientemente de las creencias, estos lagos marrón rojizo, azul marino y verde esmeralda, forman un fenómeno natural único en el mundo!
Aún si dos de los tres lagos tienen el mismo color esmeralda desde hace ya mucho tiempo, nosotros fuimos a ver esta maravilla con nuestros propios ojos. ¡Hey! Un volcán activo con tres cráteres y tres lagos en el interior, con o sin color? Yesssss sir !
Para llegar aprovechamos un lift desde nuestro hermoso lugar en la playa de Riung hasta el mercado de Mbay. Si quieren ver el mercado, miren este videíto. Ahí tuvimos que negociar fuerte y con la ayuda de nuestro lift (la responsable de los centros médicos de la región) nuestros asientos en un Kijang hasta la ciudad de Ende.
Esperamos la salida del bendito Kijang rodeados de buses, de cabras, de gallinas y de gente preguntándose que carajos estábamos haciendo en ese rincón olvidado del diablo.
Tres horas, dos vómitos, un dolor de estómago y un dolor de cabeza más tarde (gracias Transflores), el Kijang nos dejaba cerca de la estación de autobuses de Ende. Estimados amigos sin dinero, si alguna vez se encuentra aquí, demuestran sin restricciones su lado Terminator para que no paguen el doble o el triple de lo que realmente cuesta el autobús.
Una hora más tarde, el mismo bus nos dejaba en medio de la carretera principal del pueblo de Moni. Aquí, la colombiana decidió quedarse con los dos mosquitos mientras que el canadiense iría en busca de la cama por la noche.
Al día siguiente buscamos transporte hasta el punto de partida de la caminata hacia la cumbre del volcán. Afortunadamente escogimos el mejor día para visitar el Kelimutu. Una vez al año varias etnias de Flores se reúnen para para celebrar y bendecir el volcán. Como parecíamos una familia “normal”, los organizadores nos invitaron a asistir a la misa. Nos tomaron fotos y hasta nos filmaron para la tele. Hello medios nacionales! Bueno, después de la dosis de famous people y de salmos, evaluamos el mejor momento para escaparnos de la misa e irnos a la cima de la montaña.
Comenzamos el paseo de veinte minutos bordeando las montañas, hasta llegar a la cima en donde nos esperaban unas cuantas escaleras. Delante del primer cráter no pudimos ocultar la emoción de grandeza Inmaculada. El color azul turquesa nos dejó con la sensación de querer lanzarnos en las aguas sulfurosas.
Decidimos caminar sobre el borde del cráter, sí, allá donde no está permitido. Bueno, no se preocupen, nos agarramos de manos y seguimos los pasos de los locales. De todos modos, si alguno de nosotros se hubiera caído, no estaríamos echándoles el cuento!
Desde este punto de vista, pudimos distinguir la pared natural que separa los dos cráteres.
Luego bajamos y caminamos hasta el cráter más alejado. Para llegar allí, tuvimos que subir otro tramo de escaleras, Ay Mama.
Continuamos el ascenso hasta el “punto de la inspiración”. Que es el punto de vista más elevado. Ay mama x2. Aquí decidimos tomar nuestro refrigerio. La vista no está tan fea ¿verdad?
Bajando, cruzamos la procesión de los líderes de cada etnia hasta la cumbre del Kelimutu.
Para nuestra desgracia, nos quedamos sin un peso, y esto, debido a una confusión en nuestros cálculos sobre el precio de entrada al volcán. A bajar el Kelimutu a pie se dijo !!!! 6 km más tarde, un ángel enviado por los espíritus del volcán nos ofrecía un lift hasta las puertas de nuestro hotel. Con los pies hinchados y el alma ligera el Kelimutu quedó grabado en nuestras mentes, en la noche sólo soñamos con los cráteres y sus lagos de colores.
Para vivir la experiencia Kelimutu, favor mirar est videíto…rrrriiiiiiiiijaaaaa:
Traveling Nomads es un blog de viajes creado por una Bibliotecaria geek y un Consejero pedagógico con experiencia en el arte de viajar. Juntos, estos aventureros han dejado su huella en cuatro continentes .