Yogyakarta, visita diferente. En esta ciudad, la cultura, las tradiciones y las vibraciones positivas de las nuevas generaciones se unen para ofrecer una dosis de efervescencia enérgica. Sintiendo la descarga de Yogyakarta decidimos olvidar las visitas propuestas por nuestro libro de viaje. Menú del día : moverse al ritmo de la ciudad. Visiten con nosotros!
Yogyakarta : visita diferente
Yogyakarta, visita diferente? fue nuestra primera pregunta. Fácil respuesta al hacer parte de las casi 500 000 personas viviendo en el centro de la cultura y del arte clásico Javanés. Como todo el mundo le llama a la ciudad “Jogja”, comenzamos por divertirnos repitiendo el apodo de forma totalmente exagerada.
En Jogja los músicos de calle suelen divertir a los pasajeros y a los conductores con ritmos modernos, al son de la batería, del piano, de la guitarra y de una marimba bien extraña. Como era de esperar, la ruta de nuestro taxi hacia la casa de huéspedes se convirtió en la tarima infinita de shows de primera clase (sí, a veces dejamos de ser avaros y cogemos taxis). Al llegar a la ciudad también admiramos los graffitis, el arte de la calle, las sonrisas, la cacofonía entre la música y las motocicletas y el look hipster de muchos jóvenes.
Con el termómetro en el punto más extremo del calor y con una humedad siniestra, nuestra estancia se anunciaba eléctrica. La bienvenida que nos dieron en la casa de huéspedes Sewu Bengi Guesthouse sobrepasó nuestras expectativas, ya que nos encontramos izando bandera dentro de una verdadera casa Javanesa, lejos de las calles principales destinadas a las masas turísticas. Quien dice casa de barrio popular, dice vida de barrio, contacto con los habitantes y comida a precios normales. Para hacer reservaciones en este Guesthouse bien barato hagan clic aquí.
En menos de lo que canta un gallo, alquilamos dos motos. Para sobrevivir tratamos de seguir los códigos de la conducta de Java: tratar a los demás conductores como adversarios de guerra, exagerar el uso de la bocina como payasos de circo barato y esquivar con gracia, gallinas, vacas, peatones, becaks, carros, autobuses y otras formas animadas e inanimadas en el camino.
Además de ser la ciudad de base para explorar Bhorobudur y Prambanan, hay un millón de cosas que hacer en Jogja, pero eso no lo van a encontrar aquí, así que si eso es lo que están buscando, lean otro blog. Nosotros optamos por vivir la ciudad sin tener que preocuparnos de visitar las mismas cosas que todo el mundo se obliga a visitar. Nuestro top de Yogyakarta, visita diferente.
Yogyakarta : Qué hacer de diferente (y qué no hacer)
1. El complejo del Kraton: ( ok ok, nuestra única visita) breve, el palacio del sultán. Con dos entradas, una en el lado sur y otra en el lado norte. Aunque el lugar es bonito y el trabajo de reconstrucción está bien presente, la visita es aburrida. Las fotos de los carruajes exhibidos en el museo son igual de interesantes que una novela vieja, la exhibición de los vestidos reales estaba más sucia que nuestro apartamento después de una fiesta y los gallos en las jaulas en frente de las pequeñas residencias restauradas parecían más infelices que un perro en misa. Adivinen, adivinen, esto es lo que no le recomendamos visitar.
2. Comer en los restaurantes de barrio con los locales, sentados en una estera y con el plato sobre la estera : Nice! Y barato! En cualquier calle fuera del circuito turístico. Aquí tendrán la oportunidad de perfeccionar el bahasa y de ganarse muchos amigos.
3. Caminar y comer en el fin de la tarde en JI Malioboro : un circo esta calle. Juzguen ustedes mismos.
4. Perderse en scooter en las calles estrechas de Yogyakarta: y descubrir así la arquitectura de la ciudad y la vida en los barrios.
5. Enviar un paquete desde la la oficina oficial de correos de la ciudad: y aprender en el acto, el arte de cocer una caja gracias a un especialista Javanés (este ultimo recibió de nuestra parte una gran ovación)
6. Alun Alun Kidul: nuestro top de top. Esta es la plaza en donde la mitad de habitantes de la ciudad se reúne al atardecer. Muchas actividades les esperan: Elegir entre los diversos puestos de comida alrededor de la plaza.
Comprar globos o cualquier otra porquería con lucecitas que vuele.
Jugar a MASANGIN (con los ojos vendados y sin la ayuda de nadie, atravesar en medio de los dos árboles de ficus plantados en la plaza para así tener la suerte deseada en la vida)
Alquilar una especie de híbrido tándem-moto-vehículo más iluminado que una tienda de Navidad, con parlantes transmitiendo el beat de moda.
7. Planear una visita a las playas de los alrededores : hay varías, nosotros elegimos Baron y Sandranan gracias a la recomendación de los locales. El camino a lo largo de la costa sur de Jogja es muy bonito y las playas, aunque muy agitadas les permitirán hacer la siesta sobre la arena blanca o sino correr para que no se les mojen las cosas a causa de una ola temeraria.
Quieren darle un vistazo a Yogyakarta, que hacer de diferente? aquí un pequeño vídeo. Sama Sama!
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Traveling Nomads es un blog de viajes creado por una Bibliotecaria geek y un Consejero pedagógico con experiencia en el arte de viajar. Juntos, estos aventureros han dejado su huella en cuatro continentes .